Habiendo leído y valorado los 13 relatos participantes en el I Concurso de Microrrelatos IES Turaniana 2015, el jurado ha elegido los siguientes como ganadores:
-1º PUESTO:
La
presencia, de Alba María García Membrilla 3 ESO B
El sol disfrutaba de sus últimos instantes de reinado,
cerré el libro y pensé con resignación ¡Qué aburrimiento! Di un salto de la
cama y me asomé a la ventana. Ya había anochecido, llovía, el agua golpeaba los
cristales con fuerza, casi con rabia, la noche se presentaba negra y
desapacible. Bajé a la cocina y preparé una taza de chocolate caliente, cuando
oí que alguien golpeaba la puerta, me asomé por la mirilla, pero no había
nadie, -Qué extraño -pensé. De repente el teléfono sonó, casi me da un infarto.
Lo cogí, pero nadie contestó. De pronto oí unos pasos en las escaleras, alguien
bajaba lentamente, pero... si estaba sola ¿Quién podría ser? El corazón me
palpitaba tan rápido que lo sentía en la garganta. Una presencia pálida y
demacrada apareció ante mis ojos, su pelo negro, su palidez, su escuálida
figura... aquella mujer alargó la mano y me dijo: -Ven conmigo. Yo aparté la
mirada y con terror me vi a mi misma, tendida en el suelo, inmóvil, mi gato
lamía la sangre que lentamente se deslizaba por mi cara, ¡Dios mío, no puede
ser! ¡Estoy muerta!
-2º PUESTO:
Nívea
luz rojiza, de Chaima Benssar 4º ESO A
Me tomó de la mano, infundiéndome valor, y yo lo
seguí, dejándome engullir por la oscuridad. Por un momento sentí su respiración
quemándome en la nuca y no pude evitar tensarme. Busqué a tientas su cuerpo y
tras dar con él, traté de acariciarlo suavemente sin causarle daño, pero fue en
vano.
Recorrimos el callejón y al llegar
al final volví a sentir la nívea luz de la luna y sabía lo que eso significaba.
Teníamos la respiración agitada pero aún me agarraba la mano con fuerza.
Intenté no mirarle, pero ya habíamos tenido demasiadas luchas aquella noche y
no me apetecía ninguna conmigo misma, así que alcé -con miedo- la mirada hacia
él, y me frustró no saber diferenciar entre su sangre, la mía, y la de ellos.
"Todo estará bien mientras estemos juntos."
Recuerdo que dijo. Pero me soltó, y me perdí. "Mentiroso", pensé.
Miré al suelo en un desesperado intento por no llorar y localicé la sangre que
goteaba de su cuerpo. Corrí lo más rápido que pude en su busca y para mi suerte
-o mi desgracia- le encontré. Pero ya no era él. Se volteó y me miró impasible.
"Corre" me dijo por última vez.
-3º PUESTO:
Enigmas de la confusión, de Adriana
Calderón León 4º ESO A
El sol
disfrutaba de sus últimos instantes de reinado.
Observaba
a través de mi rizado pelo como se atenuaba aquella casi imperceptible luz que
iluminaba la oscuridad de mi habitación, al igual que se adormecía mi amor por
tus lunares y me decían adiós cada una de las golondrinas que adornaban los
tonos rosados del cielo de Roquetas de Mar.
Me
confundes, ¿sabes? Confundes mis miradas, mis pensamientos, mis elecciones, mi
manera de vivir, de actuar, de comprender el mundo... Confundes mis mejillas y
mis ojos, que sonrosadas y vidriosos ocultan su naturaleza cuando te acercas a
mí.
Me
confunden tus sonrisas, tus miradas, tu voz, tu forma de pensar, de reír. Me
confundís tú y tu todo.
Simple,
aunque no lo parezca... Solo un misterio con infinidad de preguntas. Me has
hecho ver lo simple que eres, y ese es el problema.
Tengo miedo de ello. Miedo de que Cortázar tenga razón
y que realmente me engañe al decir que te quiero, ya que puedo ser una mano
derecha enamorada de que seas el guante izquierdo.
-4º PUESTO:
El destino de un imperio, de Larisa
Belintan 4º ESO A
Los
batallones de no-muertos avanzaban con rapidez, al encuentro de una tropa a la que superaban en número y
en fuerza. Seguramente aquel campo de batalla se hubiese convertido en un cementerio
para aquellos que lo único que deseaban en aquel momento era volverse hacia
atrás y huir, pero a pesar de todo, nadie dio la espalda. El valor y el deseo
de proteger a los suyos fue lo que les hizo continuar. Dieron el paso adelante,
y ya nada les detuvo. Se dirigían hacia una muerte segura, más nada les
detendría. Tal vez el fracaso estuviese de su lado, pero siempre se levantarían
y volverían a intentarlo.
El destino del imperio se decidiría en aquella batalla
que cambiaría la historia inundándola de luz, o sumergiéndola en la oscuridad.
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