1-. Solo podrán participar
alumnos del IES Turaniana, al ser esta una actividad hecha explícitamente para
ellos.
2-. Los participantes tendrán que
enviar los microrrelatos antes de las 23:59
del Martes 03 de Noviembre de 2015 en formato Word a la siguiente dirección de correo electrónico cosmin.starcescu@gmail.com, indicando en el asunto CONCURSO DE MICRORRELATOS IES Turaniana 2015,
y adjuntando en el cuerpo del mensaje su nombre completo y el curso en el que
estudian (por ejemplo: 3º ESO B).
3-. Los participantes tendrán que
elegir una de las siguientes frases como punto de partida para escribir el
microrrelato:
“El sol disfrutaba de sus últimos
instantes de reinado…", La Rosa de
Naran.
"Me tomó de la mano,
infundiéndome valor, y yo lo seguí, dejándome engullir por la oscuridad…",
Mi Ángel Oscuro.
“Los batallones de no-muertos avanzaban con rapidez, al encuentro
de una tropa a la que superaban en número y en fuerza...”, Leyendas de Erodhar.
“Las compuertas de la nave se abrieron con un sonido prolongado y susurrante, expulsando una nube de vapor plateado…”, Orfus: el ocaso de los Or´Uka.
4-. Cada participante podrá
enviar un máximo de dos
microrrelatos, siempre y cuando no empiecen con la misma frase inicial.
5-. La extensión de los
microrrelatos será de mínimo 100 y máximo 200 palabras. La frase inicial
elegida y el título no cuentan.
6-. El tema es libre, siempre y
cuando tenga sentido y relación con la frase inicial elegida.
7-. Habrá cuatro premios y por
tanto cuatro ganadores:
-Un ejemplar
de La Rosa de Naran y otro de Mi Ángel Oscuro, de Saray Santiago
Fernández.
-Un ejemplar
de Leyendas de Erodhar (con el póster
del mapa de Erodhar incluido) y otro de Orfus: el ocaso de los Or´Uka, de Cosmin F. Stircescu.
1º puesto: podrá elegir como
premio cualquiera de los cuatro libros.
2º puesto: podrá elegir como
premio uno de los tres libros que no haya elegido el primer ganador.
3º puesto: podrá elegir como
premio uno de los dos libros que no hayan elegido el primer y segundo ganador.
4º puesto: recibirá el libro
restante.
8-. El fallo del jurado se publicará el jueves 05 de Noviembre en el Blog
laforjadeleyendas.blogspot.com, se contactará con los profesores para quedar
durante un recreo con los 4 alumnos agraciados en la biblioteca del centro,
donde recibirán los premios.
Breve guía para escribir microrrelatos
Sé breve
El microrrelato es un historia de ficción muy breve, tan breve que apenas necesita unas líneas para ser contada (por norma general tiene entre cinco y doscientas palabras).
Condensa
Hay centrarse en ideas concretas. El microrrelato ha de ser capaz de condensar una historia a pesar de no contar con muchas palabras. Esto no quiere decir que tengamos que resumirla. Más bien todo lo contrario: el microrrelato es tan solo la punta del iceberg de una historia mayor. Consiste en sugerir al lector para que sea él quien rellene los huecos, quien imagine todo lo que no contamos.
Comenzar en el medio de la acción
Tenemos que encontrar el momento clave de la historia que ha de ser mostrado en el microrrelato. Si no tenéis claro qué momento elegir para contar vuestro microrrelato, probad con el clímax, el centro. ¿Cuál es el momento álgido de la historia? Con la respuesta, posiblemente ya podáis comenzar a crear vuestro microrrelato.
Suprime
El microrrelato, aunque sí tiene una estructura, no cuenta con espacio suficiente para la clásica distribución de presentación-nudo-desenlace. En el microrrelato saltamos directamente dentro de la acción, del acontecimiento. A veces, como decía antes, incluso dentro del clímax. De nuevo: no lo contéis todo, solo lo estrictamente necesario para crear una imagen en la mente del lector y suprimid todo lo que no sea necesario. Por ejemplo, en una historia de amor, no tenéis que contarla desde el principio, con empezar en el primer beso, ya os ahorráis todo lo demás.
Precisa
Si en el cuento cada palabra es importante, en un microrrelato mucho más. Cuando se tiene que causar sensaciones en el lector con tan solo un puñado de palabras, hay que elegirlas bien. Intentad que no sobre ni falte nada, que cada palabra esté donde debe y que se trate de la palabra correcta. Buscad sinónimos si hace falta, elegid siempre la que evoque aquello que queréis transmitir… Tendréis que revisarlo unas cuantas veces hasta alcanzar el resultado que perseguís, lo bueno es que al ser una narración tan breve, podéis dedicarle más tiempo.
Tampoco debéis usar muchos personajes o lugares, ni contar algo que transcurra en un largo espacio de tiempo. Se trata de lanzar una idea simple al lector, no hay tiempo para desarrollarla, así que usad el menor número de elementos posible.
Lo suyo es: dos personajes como máximo, un solo lugar y un corto espacio de tiempo.
Muestra lo que quieres contar
Es posible que tengáis una idea extensa para desarrollar en un microrrelato, por ejemplo, la relación entre dos hermanas con el paso de los años, una bonita historia de amor, una lucha por salvar a la humanidad…. No lo contéis todo en el microrrelato. Mostradlo a través de una escena concreta, que transmita, de alguna forma, la idea que perseguís.
Dale al lector algo en lo que pensar
El microrrelato tiene que dibujar en la mente del lector una escena evocadora, con mucha fuerza, y el final ha de impactarle de manera que su imaginación no se detenga ahí, sino que siga trabajando una vez haya concluido la lectura.
Usa un giro final
Hay que jugar con el lector, hacerle participar. Por eso hay que incluir en la historia una pequeña dosis de tensión o misterio y mantenerla hasta el final. Hay que lograr que el lector conjeture cuál será la resolución, incluso engañarle para que piense en un determinado final para sorprenderle después con algo inesperado. Un ejemplo sería el microrrelato de Stace Budzko “Por qué yo no uso agenda”:
“Escrito en su calendario en el día de la muerte de mi padre, dos palabras: llamar hijo”.
Este giro también puede funcionar del mismo modo que los chistes, explicando todo lo que hemos leído anteriormente, como en el siguiente microrrelato de B. Mistoda:
“No quise continuar con mi investigación sobre el cáncer porque me di cuenta de que, incluso aunque podría haber acabado por perfeccionar la cura, nunca le habrían puesto mi nombre, Eddie Spaghetti”.
Otra solución es dejar un final abierto, una frase que invite a la reflexión o lanzar una pregunta al aire para dar al lector algo en lo que pensar. Por ejemplo, “Una inmortalidad”, de Carlos Almira:
“El poeta de moda murió, y levantaron una estatua. Al pie grabaron uno de los epigramas que le valieron la inmortalidad y que ahora provoca la indiferencia o la risa, como la chistera, el corbatín y la barba de chivo del pobre busto. El Infierno no es de fuego ni de hielo, sino de bronce imperecedero”.
No te olvides del título
Si cada palabra cuenta, el título no podía ser menos. Es un recurso muy útil que podéis emplear para aportar luz y nuevos significados sobre el texto. Trabajad bien esta parte del microrrelato.
Por ejemplo, fijaos en el siguiente microrrelato de David Joseph: “La añoro más que a las otras”. Es un microrrelato muy simple, que por sí mismo no acaba de evocar tanto como cuando leemos su título, “Poligamia”. Es entonces cuando el texto cobra otro sentido.
Atrapa al lector
La estructura perfecta para un microrrelato consiste en empezar intrigando al lector, lanzarlo en medio de una acción o una imagen evocadora que le lleve a seguir leyendo porque quiere saber qué ocurre. Es como un misterio. El lector sigue leyendo y se encuentra, de repente, con un giro o un final sorprendente, algo que arroja luz sobre las palabras anteriores y lo deja noqueado. Finalmente, la última frase lo invita a la reflexión.
Por ejemplo, este microrrelato de Paz Monserrat Revillo titulado “Herencia”
“Antes de ponerse el pendiente frotó el metal que rodeaba el zafiro con un bastoncito impregnado en líquido para limpiar plata. Cientos de estratos de tiempo levantaron el vuelo dejando la superficie luminosa y desnuda. Se acercó, curiosa, y la joya le devolvió el rostro adolescente de su abuela probándose el pendiente ante un espejo”.
Usa referencias conocidas
También podéis usar un pequeño truco para ganar “espacio” en el microrrelato. Si usáis personajes famosos, eventos históricos, situaciones literarias conocidas… no tendréis que explicarlas porque el lector ya las conoce y por lo tanto, os ahorráis palabras.
Escribe, edita y recorta
No intentéis conseguirlo a la primera. El microrrelato es breve, pero requiere mucho trabajo. Parece fácil pero no lo es, como decía antes, hay que contar mucho en pocas palabras y atrapar al lector. Escribid primero la historia lo mejor que podáis y luego revisad y recortad hasta que consigáis esa pequeña pieza de relojería que es el microrrelato.
EJEMPLOS DE MICRORRELATOS
¿Cuántas consigo comer en una noche?, de Saray Santiago Fernández
Llevo horas siguiéndola, deseoso, sediento. La persigo como una sombra… silenciosa, invisible. Sus amigas se han ido, por fin. Me acerco a ella con sigilo, como un tigre acechando a su presa… Su aroma me invade, nublando mis sentidos. La agarro con fuerza del cabello y tiro hacia atrás, clavo mis colmillos y succiono el dulce néctar de su sangre. Sus ojos me observan aterrados, pero su mirada asustada no dura mucho, la vida se le escapa mientras yo me alimento…. Una más… Cuatrocientos cuarenta y nueve… Solo una más y conseguiré mi récord.
Suelto el cadáver de la chica y oigo a lo lejos una anciana paseando a su perro… Sonrío maliciosamente y salgo en su busca.
Suelto el cadáver de la chica y oigo a lo lejos una anciana paseando a su perro… Sonrío maliciosamente y salgo en su busca.
La noche de los espíritus, de Cosmin F. Stircescu
Es
la noche de Halloween y el frío viento del otoño asola mi ventana, mientras
intento, envuelto en mis mantas, caer entre los brazos del sopor. Casi he
logrado ignorar el traqueteo de las ramas en el cristal de mi ventana, cuando
el teléfono empieza a sonar, sobresaltándome. Miro el reloj y veo que son las
dos de la madrugada. Me cabreo. Decido ignorar la llamada y seguir intentando
conciliar el sueño, cuando oigo un zumbido. Abro los ojos y veo la tele
encendida, aunque en la pantalla no hay imagen alguna. Solo estática y... El
vello de mi cuerpo se eriza, pues oigo el chirrido de una puerta; el crujir de
unas hojas; el llanto de un bebé... Una voz suave de mujer está cantando una
nana, pero no proviene de la tele.
Miro
hacia la puerta. Hay alguien al otro lado. El picaporte empieza a girar. Ya
vienen.
Carón, de Cosmin F. Stircescu
El teléfono vuelve a sonar. Mi
corazón se acelera. Lo que para la mayoría es algo normal, para mí se ha
convertido en una pesadilla. Aun así acerco el auricular a mi oreja y vuelvo a
escuchar aquel pesado respirar. Solo que ahora hay algo más. Noto una
presencia; el tacto de unos dedos en mi espalda eriza mi piel. El pánico
paraliza mi cuerpo…
Su voz
murmura algo. Creo que dice mi nombre. Me llama. Me tiene atrapado. Ya no me
piensa soltar. Ha llegado mi hora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario